Los asteroides son los restos rocosos que aparecieron tras la formación inicial del Sistema Solar, hace unos cuatro mil 600 millones de años, según la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
La mayoría de estos objetos celestes orbitan alrededor del Sol, entre Marte y Júpiter, una región espacial conocida como cinturón de asteroides .
El tamaño de los restos rocosos es muy variado, el más grande registrado hasta ahora, llamado “Vesta”, mide alrededor de 530 kilómetros de diámetro, pero hay otros que alcanzan solo 10 metros de ancho.
De acuerdo con la NASA, hasta julio de 2021 había un millón, 094 mil 148 asteroides conocidos, la mayoría de ellos tiene formas irregulares y si se combinara su masa, sería mayor que la de la Luna.
¿Por qué se celebra el Día Internacional de los Asteroides 2022?
En diciembre de 2016, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución para declarar el 30 de junio como Día Internacional de los Asteroides, con el fin de recordar el evento de Tunguska.
Además, la efeméride tiene el propósito de “aumentar la conciencia pública sobre el peligro de impacto de los asteroides” e informar las medidas que se deberían seguir en caso de una amenaza, resaltó la ONU.
Día Internacional de los Asteroides 2022 y el evento de Tunguska
Los asteroides circulan en órbitas pero su dirección puede cambiar por la gravedad de Júpiter y por encuentros cercanos con Marte, esto los lanza al espacio en varias direcciones, incluida la Tierra.
En el marco del Día Internacional de los Asteroides 2022, la NASA recordó que en el pasado algunos objetos rocosos se estrellaron contra la Tierra, alterando la evolución de la vida en nuestro planeta.
Uno de esos impactos ocurrió el 30 de junio de 1908, cuando un asteroide de 37 metros de ancho cruzó la atmósfera terrestre y explotó en el cielo, lo que liberó energía equivalente a 185 bombas de Hiroshima.
A este acontecimiento se le conoce como el evento de Tunguska, ya que la explosión se registró cerca del Río Podkamennaya Tunguska, en Siberia, Rusia. Las vibraciones se detectaron en Moscú y San Petersburgo.
En 1927 una expedición científica llegó hasta el área de la explosión, donde encontró árboles calcinados y otros más derribados en un patrón circular.
Uno de los testigos de la explosión, citado por la NASA, explicó que aquel 30 de junio de 1908 escuchó un estallido en el cielo y luego un sonido parecido a piedras que caían del cielo, luego sintió un temblor.
Tras el evento de Tunguska no se encontró el cráter del impacto, ya que el asteroide se fragmentó antes de aterrizar, por la combinación de presión y calor en la atmósfera. Sin embargo, produjo una bola de fuego y liberó más energía que la bomba atómica de Hiroshima.