El científico francés buscaba demostrar con su equio que la fusión nuclear puede ser una fuente viable de energía
Bernard Bigot, un científico francés que lidera un gran esfuerzo internacional para demostrar que la fusión nuclear puede ser una fuente viable de energía, ha muerto a los 72 años. La organización detrás del Reactor Experimental Termonuclear Internacional (ITER), señaló que Bigot murió el sábado de una enfermedad no especificada.
Director general de la organización desde marzo de 2015, Bigot se acercaba a la mitad de su segundo mandato, que finalizaría en 2025. Una declaración de ITER describió su muerte como “un golpe trágico para la comunidad global de fusión”.
Su adjunto, Eisuke Tada, asumirá el liderazgo del proyecto ITER durante la búsqueda del sucesor de Bigot. A diferencia de los reactores de fisión existentes que producen desechos radiactivos y, a veces, fusiones catastróficas, los defensores de la fusión dicen que ofrece un suministro de energía limpio y prácticamente ilimitado si los científicos e ingenieros pueden aprovecharlo.
Los miembros del proyecto ITER (China, la Unión Europea, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos) están construyendo un dispositivo con forma de rosquilla llamado tokamak (superconductor experimental avanzado) en Saint-Paul-les-Durance, en el sur de Francia. Se anuncia como el proyecto científico más grande del mundo.
El objetivo es atrapar el hidrógeno que se ha calentado a 150 millones de grados Celsius (270 millones de Fahrenheit) durante el tiempo suficiente para permitir que los átomos se fusionen. El proceso da como resultado la liberación de grandes cantidades de calor. Si bien ITER no generará electricidad, los científicos esperan que demuestre que un reactor de fusión de este tipo puede producir más energía de la que consume. ITER ahora está completo en más del 75% y los científicos pretenden encender el reactor a principios de 2026.