¿El crédito puede comprar la felicidad o quitártela? Wolfgang Erhardt lo reflexiona y te da buenos tips en su columna de opinión
Este domingo 20 de marzo es el día internacional de la felicidad. ¡Qué padre, ojalá lleguen muchas buenas nuevas que nos hagan a todos muy felices! Pero, ¿será también un día de felicidad crediticia para la mayoría?
Usar el crédito para adquirir cosas que no necesitas, cosas que sí necesitas o que simplemente te ilusiona tener te hará feliz, sin duda, solo espero que no sea momentáneamente.
Desde un adorno para la casa, ropa nueva, el celular más pro, una mejor televisión (y de paso una nueva consola de videojuegos para sacarle provecho), las vacaciones, un carro nuevo o una casa…así podríamos seguir con una lista interminable de cosas que hacen suspirar a cualquiera.
La felicidad que te den estas adquisiciones a crédito dependerá de ti.
Lo primero a considerar sus tus posibilidades económicas. ¿Tienes con qué pagar y no necesitas el dinero para otra cosa? ¡Adelante, haz tu compra, disfrútala y sé muy feliz!
Recuerda que si la compra va a ser con tarjeta de crédito, lo más recomendable es que tu dinero te dé para pagar por lo menos el mínimo para no generar intereses o para ser totalero. Así te llevas otro cachito de felicidad: tu reporte de crédito va a registrar un pago positivo.
Si solo pagas el mínimo, se van a generar intereses y serás feliz con tu compra, pero ya no tanto porque te estará saliendo más cara. El reporte de crédito seguirá feliz porque, por lo menos, cumpliste con el mínimo requerido.
Pero si no pagas el mínimo o lo haces con retraso, entonces te llevarás intereses moratorios y otras penalidades con tu compra que no te encantarán. Además, se registrará el incumplimiento de pago en tu reporte de crédito y eso no te hará feliz a ti, ni a los otorgantes de crédito.