La obispa a cargo de la iglesia episcopal de Saint John y el alcalde de Washington arremetieron contra el presidente Donald Trump por lanzar lacrimógeno y granadas de luz sólo para tomarse una foto en un templo.
“Estoy indignada”, dijo al Washington Post la reverenda Mariann Budde. “Soy la obispo de la Diócesis Episcopal de Washington y no me hicieron ni una llamada de cortesía para avisarme que iba a lanzar gases para que ellos usaran una de nuestras iglesias”.
Cuando Trump pronunció su discurso en el Rose Garden el lunes, en el que se llamó a sí mismo “un aliado de todos los manifestantes pacíficos” y prometió enviar al ejército a estados donde los gobernadores no podían controlar los disturbios, el sonido de explosiones y gritos podría ser escuchados en la distancia.
Después de que los manifestantes en Washington ignoraron las advertencias de dispersarse antes del toque de queda de la ciudad, la policía lanzó gases lacrimógenos. Y sin abordar directamente las frustraciones de los manifestantes, Trump dijo que respondería con una “presencia abrumadora de aplicación de la ley hasta que la violencia haya sido sofocada”.