Viene del barrio de Tepito y fue utilizada para referirse a los chinos en México
¿Cuántas veces no te has sentido triste, como si el mundo se te viniera abajo y el estrés causante te deja sin las palabras necesarias para poder describir tu estado de humor? Lo único que puedes decir en ese momento al ser cuestionado por alguien lo suficientemente perspicaz, preocupado por ti y tú solo puedes decir: ¡Chale!.
“Chale” es un mexicanismo que se utiliza en situaciones de sorpresa, tristeza, enojo y molestia. Se cree que tiene su origen a mediados de la década de los 50 en el barrio bravo de Tepito. De este modo y por otras palabras, Tepito no es solo lugar de maleantes y tianguis por doquier: es cuna de las palabras más representativas de una gran parte de la sociedad mexicana.
Es una contracción de “chales” y se dice que viene de la palabra “charros”, también utilizada en la misma forma que “chale” al igual que “chin” y “chanfle”
Sin embargo, también está la teoría de que chale viene de cómo se les denominaba de forma peyorativa a los chinos radicados en México. De hecho la Real Academia de la Lengua Española define chale como “Persona, residente en México, originaria de China, descendiente de chinos o con rasgos orientales”.
También el Diccionario del Español de México, lo define como: “persona que es originaria de China”.
La migración china al país tuvo un auge a finales del siglo XIX. China estaba sumida en crisis por la Guerra del Opio con Inglaterra, cosa que aumentó el flujo de migrantes hacia diversos países en busca de mejores oportunidades, entre ellos Estados Unidos. Llegaban miles a California que buscaban unirse a la fiebre de oro en 1842. Las oleadas de chinos despertaron el racismo de los estadounidenses que comenzarían a poner impuestos a cualquiera que contratara mineros chinos.
Para 1882, se proclama el Acta de Exclusión en Estados Unidos que cerraba las fronteras a los migrantes chinos por 10 años y les negaba la opción de naturalizarse. Por esta razón, migraron al vecino del sur: México.
Asentados en México durante el Porfiriato los originarios del país asiático también se vieron marginados por la discriminación de las autoridades y sociedad porfiriana a pesar de firmar con ese país un acuerdo en 1890 en el que se permitía el acceso de chinos. Fue hasta tal punto que en 1911 durante el inicio de la Revolución Mexicana, fueron asesinados 111 chinos en la ciudad de Torreón.
Por eso la frase de “tienes ojitos de chale”, refiriéndose a los ojos rasgados. ¡Chale con la gente!
A pesar de la migración china ya mencionada, en la capital se establecieron hasta entrados los años 30, estableciéndose en la Calle de Dolores y Luis Moya, abrieron negocios como cafeterías, lavanderías y restaurantes.
De hecho en la famosa novela negra de 1969, El Complot Mongol escrita por Rafael Bernal, el protagonista Filiberto García, un obscuro matón del gobierno, se refiere como chales a los chinos que residen en el Barrio Chino en la Calle de Dolores de la Ciudad de México. A pesar de ser solo una calle, surgió en los años sesenta cuando se consolido como tal, a pesar de establecerse ahí junto con japoneses, filipinos y coreanos.
Al venir de un barrio bajo, como se dijo antes, y ser de uso común en las clases sociales bajas, era mal vista, de personas vulgares o corrientes. Y hasta cierto punto sigue siendo vista de ese modo. Sin embargo tiene un amplio uso y popularidad en la capital del país que ha caracterizado a los chilangos.