Los departamentos de policía de todo Estados Unidos que están exigiendo a sus agentes que se vacunen contra el virus del COVID-19 se están topando con focos de resistencia que, según temen algunos, podrían dejar a las fuerzas del orden sin recursos y socavar la seguridad pública.
Algunos gremios policiales y agentes se han resistido entablando demandas judiciales para bloquear los mandatos de vacunación. En Chicago, el jefe del sindicato de la policía pidió a sus miembros que desafiaran el plazo del viernes, por el cual debían notificar a sus superiores sobre su estado de vacunación contra el COVID-19.
El departamento de policía de Seattle tuvo que enviar detectives y agentes que no son patrulleros a las llamadas de emergencia días atrás debido a la escasez de patrulleros que los líderes sindicales temen que empeore debido a los mandatos de vacunas.
Los enfrentamientos se están desarrollando en un momento en que muchos departamentos de policía ya están lidiando con el aumento de las tasas de homicidio y la escasez de personal no relacionada con la vacuna. Las ciudades y los líderes policiales sopesan ahora el riesgo de perder más agentes debido a renuncias, despidos o suspensiones por su negativa a vacunarse.
El viernes, la alcaldesa de Chicago presentó una denuncia ante el tribunal contra el líder del gremio local de la policía, acusándolo de “participar, apoyar y alentar el paro o la huelga” al recomendar a los más de 12.000 agentes uniformados de la ciudad que ignoren la orden de notificar el estado de su vacunación.
La alcaldesa Lori Lightfoot dijo el jueves que los agentes no serían enviados a casa si se presentaban a trabajar el viernes y se negaban a proporcionar su estado. En cambio, dijo, se les pondría en licencia sin goce de sueldo después del fin de semana, porque confirmar el cumplimiento tomaría unos días.
Negarse a proporcionar la información, dijo Lightfoot, constituiría un acto de insubordinación.
John Catanzara, líder del gremio de la policía en Chicago, dijo que cerca de la mitad de sus miembros no se han vacunado y opinó que un mandato que requiere la inoculación es “absolutamente incorrecto”.
“La realidad es que tenemos una profesión que nadie más quiere hacer en este momento. No pueden conseguir que nadie entre en la academia de policía”, dijo Catanzara a Fox News.
En el condado de Los Ángeles, el sheriff Alex Villanueva dijo que no obligará a sus 18.000 empleados a vacunarse a pesar de un mandato del condado. “No quiero estar en posición de perder el 5 o 10% de mi fuerza laboral de la noche a la mañana”, dijo la semana pasada.
Cientos de policías en San Diego dijeron que sopesarían renunciar en lugar de cumplir con un mandato de vacunación.
La resistencia está aumentando a pesar de que muchos policías han sido afectados duramente por la pandemia de COVID-19. Más de 460 agentes de la ley han muerto a causa del virus, según el sitio Officer Down Memorial Page, que rastrea las muertes en el cumplimiento del deber.
Las disputas sobre los requisitos de vacunas en oficinas gubernamentales y empresas se han extendido a una variedad de lugares de trabajo, incluido uno de los principales laboratorios de armas nucleares del país y la NBA.
La cantidad de estadounidenses que se están vacunando ha aumentado de manera constante durante los últimos tres meses a medida que hay refuerzos cada vez más disponibles y que los mandatos han entrado en vigor. El número de inyecciones aplicadas por día ha superado las 840.000 en promedio.
No hay estadísticas nacionales que muestren la tasa de vacunación para los socorristas estadounidenses, pero los departamentos de policía y bomberos de todo el país han informado cifras muy por debajo de la tasa nacional del 77% para los adultos, que han recibido al menos una dosis.
Los departamentos de policía de Los Ángeles, San Francisco y Denver también se encuentran entre los que tienen mandatos de vacunas o se enfrentan a uno. El alcalde de Nueva York ha dicho que analiza la idea, a pesar de la oposición del sindicato de policías más grande de la ciudad.
El sindicato que representa a unos 1.000 policías de Seattle cree que el mandato podría empeorar la escasez de personal, lo que a su vez podría poner en riesgo la seguridad pública. El presidente del gremio, Mike Solan, dijo que la policía de la ciudad perdió unos 300 agentes en los últimos 18 meses y anticipa otro ”éxodo masivo” en las próximas semanas.
Hasta la semana pasada, casi 300 de los 1.000 elementos uniformados en Seattle no habían entregado la documentación que demostraba que estaban vacunados o estaban buscando una exención, dijo la oficina del alcalde. Sin embargo, se cree que muchos más se han vacunados desde entonces.
“La gente cree en la elección personal y nosotros, como sindicato, tenemos que representar a todos”, dijo Solan. “No vamos a jugar a la segregación entre los vacunados y los no vacunados. No se trata de eso. Se trata de salvar puestos de trabajo”.
En las últimas semanas, los jueces han rechazado los intentos de un grupo de agentes de la Policía Estatal de Oregón y agentes de la policía de Denver de bloquear los mandatos de vacunas.