¿Es realmente un escándalo que esta mujer y madre, de 27 años, quiera disfrutar de una noche de diversión, mientras los niños se quedan con su padre?
Como orgullosa hija de una madre fiestera (o, debería decir, la madre de todas las fiestas), me ofendió especialmente una noticia que leí esta semana. La nota que fue publicada en un famoso portal de chismes en donde se aseguraba con ‘fuentes directas y confiables’ (como si esto fuera importante) que la actriz Sophie Turner había salido de fiesta, mientras su futuro exesposo, Joe Jonas, se quedaba en casa con las dos niñas pequeñas.
La misma fuente dijo que Joe Jonas había estado cuidando de las niñas ‘la mayor parte del tiempo’ durante los últimos tres meses, mientras Turner grababa una serie en el Reino Unido, a lo que yo solo puedo decir: ¿Y qué tiene? ¡De eso se trata el compromiso de ser padre!
Obviamente, no conozco cómo funciona la dinámica de paternidad de Joe Jonas y Sophie Turner, ni cómo se reparten el tiempo con las niñas mientras uno de ellos trabaja, pero sencillamente nunca voy a sentirme mal o preocupada por que un hombre cumpla con su rol de padre.
Estas acusaciones contra Turner son ejemplos claros de ‘mom-shaming’, pero también me han hecho pensar en por qué nuestra sociedad nos ha enseñado a esperar todo de las mujeres que son madres y esperar poco o nada de los hombres que son padres.
Durante mi etapa viviendo en Brooklyn, me di cuenta de que cuando caminaba por la calle con mi hijo de nueve meses, anudado a mi cuerpo en un complicado fular portabebés hecho con una tela, era una madre más.
Sin embargo, cuando un amigo me acompañó al parque, en un día cualquiera, para comer un helado y ver cómo mi hijo se deslizaba por el tobogán, todo el mundo se acercaba a felicitarle por su ‘agilidad y destreza’ con un niño que él apenas estaba conociendo esa tarde. ‘Me encanta ver a los papás en el parque’, me dijo una madre con cierto aire cómplice, y yo le devolví la sonrisa, pero por dentro estaba muy confundida: ¿Dónde más deberían estar los papás, exactamente?
La ‘vergüenza’ que es lanzada a Sophie Turner por (querer) disfrutar de la vida, sin la presencia inmediata de sus hijos ha alcanzado un nuevo nivel. Últimamente, otro famoso tabloide newyorkino parece regañarla a través de los titulares por ‘tomarse unos shots en un bar’, poco antes de que Jonas supuestamente le solicitara el divorcio
Dejando a un lado el hecho de que no conocemos los detalles íntimos de cómo es Sophie Turner como madre (y el hecho de que tomar unos shots, una noche cualquiera, no te convierte automáticamente en una mala madre) habría que dimensionarlo todo. De acuerdo a esta lógica, los hombres, con hijos, que asistieron recientemente a una despedida de soltero a la que fui invitada recientemente, serían una versión de Joan Crawford en la película ‘Mommy Dearest’).
Estoy desconcertada por la idea de que simplemente salir a un evento público y beber un cóctel con amigos sea suficiente para crear una reputación de ‘mala mujer’, como si eso inmediatamente te obligara a ocupar una posición inferior en el departamento de maternidad. Y hay una palabra para esto, misoginia, y no deberíamos tener miedo de usarla.
Y aunque Sophie Turner sea una madre fiestera… ¿Eso qué tiene? Puedo dar fe de que crecer como hija de una madre que siempre celebraba fiestas ruidosas en casa me enseñó todo lo que sé sobre cómo entretener a una multitud, armar un evento de la nada y averiguar qué tipo de vodka de sabores combina mejor con un plato principal. (Bueno, quizás eso último lo aprendí en la universidad, así que no puedo responsabilizar por todo a mi madre).
Obviamente, no estoy aprobando el hecho de que bebas alcohol en exceso, o que te vuelvas incapaz de ser una figura presente en la vida de tus hijos, pero las hijas de Turner, hasta donde sé, no estaban en el bar donde ella estaba tomándose los shots.
¿Es realmente un escándalo que esta mujer y madre, de 27 años, quiera divertirse como una persona adulta mientras sus hijas están a salvo, en casa, con su padre?
Quizá todo estaría mejor en este mundo si aceptáramos que el tener hijos no tiene por qué impregnar todos y cada uno de los aspectos de tu tiempo e identidad. Y sí, estaría bien que al fin dejáramos a las madres divertirse un poco.
