Las autoridades brasileñas realizaron el mayor decomiso de aletas de tiburón ilegales en el mundo, interceptando 28,7 toneladas métricas que se dirigían a Asia. Esta incautación representa una gran victoria en la lucha contra el tráfico ilegal de vida silvestre y pone de manifiesto el papel de Brasil en la cadena de suministro de este comercio ilícito.
El Instituto Brasileño del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (Ibama) estimó que el cargamento, obtenido ilegalmente, representaba la muerte de aproximadamente 10 mil tiburones de dos especies, el marrajo y la tintorera. Estas especies de tiburones se incluyeron en la lista de especies en peligro de extinción de Brasil en mayo.
«Estas incautaciones en conjunto representan las mayores registradas en el mundo, especialmente si se considera que se trata de una incautación en la fuente donde se capturan los tiburones», dijo Ibama en un comunicado.
Esta incautación histórica provino principalmente de una sola empresa exportadora en el estado sureño de Santa Catarina, responsable de 27.6 toneladas métricas de aletas. El resto se confiscó en el aeropuerto internacional de Sao Paulo. Ibama no ha revelado los nombres de las empresas o personas involucradas.
La pesca de tiburones es ilegal en Brasil. Sin embargo, según Ibama, los barcos involucrados utilizaban permisos para capturar otras especies de peces, lo que les permitía operar a pesar de las restricciones. Además, esta actividad no solo ha llevado a la muerte de miles de tiburones, sino que también ha provocado la muerte de miles de aves marinas, algunas de las cuales pertenecen a especies en peligro de extinción.
La incautación de estas aletas de tiburón es un recordatorio de la urgente necesidad de actuar contra el tráfico de vida silvestre. Con especies como el marrajo y la tintorera ya en peligro de extinción, cada paso tomado para interrumpir este comercio ilegal es vital para preservar la biodiversidad marina.