El gobierno de México lanzará una nueva aplicación para agilizar el proceso de asilo en un momento en el que el número de solicitantes de asilo alcanza cifras récord, incluso después de que una aplicación similar en Estados Unidos fuera objeto de duras críticas por sus fallos y dificultad de uso.
Andrés Ramírez, director de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), dijo a CNN que creía necesaria una aplicación para gestionar el abrumador número de solicitudes de asilo en Ciudad de México.
«Estamos recibiendo tanta gente que simplemente no damos abasto», dijo Ramírez.
Ramírez dijo que por primera vez en la historia de su agencia, durante los primeros 18 días de mayo, se presentaron más solicitudes de asilo en la Ciudad de México que en la ciudad sureña mexicana de Tapachula, fronteriza con Guatemala.
Durante ese tiempo se presentaron 3.300 solicitudes en Ciudad de México y 3.000 en Tapachula, dijo Ramírez.
La nueva aplicación —denominada simplemente «sistema de prerregistro»— permitirá a las personas registrar en línea su intención de solicitar asilo y se espera que acelere la tramitación. Según Ramírez, está previsto que se ponga en marcha la semana que viene sólo en Ciudad de México y que más adelante se añadan otras zonas.
Ramírez cree que la afluencia se debe en parte al fin del Título 42 en Estados Unidos, que atrajo a mucha más gente a México con la esperanza de cruzar la frontera. Esas esperanzas se vieron truncadas por una nueva y dura norma promulgada por el gobierno de Biden que prohíbe a la mayoría de los solicitantes de asilo que viajaron a través de otros países obtener protección en Estados Unidos si entran ilegalmente en el país.
Ramírez también dijo que algunas personas que solicitan asilo en Ciudad de México todavía pueden estar esperando para obtener una cita en la aplicación CBP One de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., a través de la cual los usuarios pueden concertar citas para entrar legalmente a través de un puerto de entrada para presentar su caso de asilo.
‘Apps’ para solicitantes de asilo
La aplicación US CBP One ha sido duramente criticada por grupos de defensa de los inmigrantes, que señalan que algunos inmigrantes carecen de recursos para conseguir un teléfono inteligente, no tienen acceso adecuado a Internet para utilizar la aplicación y pueden tener dificultades con las barreras lingüísticas y de alfabetización. Los grupos también han expresado su preocupación por la forma en que la tecnología de reconocimiento facial de la aplicación trata la piel más oscura.
El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. (CBP por sus siglas en inglés) dijo a CNN que la aplicación ha funcionado según lo previsto y que más de 79.000 personas han concertado citas desde su lanzamiento en enero de 2023. CBP también renovó la aplicación a principios de este mes para abordar algunas de las preocupaciones, y por primera vez les permitió a personas en el centro de México —no sólo en la frontera entre EE.UU. y México— aplicar.
La aplicación de asilo de México es similar a CBP One, en el sentido de que las personas inician el proceso introduciendo su información en línea, con lo que se espera acelerar la tramitación. Pero hay una diferencia significativa, como señala Ramírez: a diferencia de la aplicación CBP One, la aplicación de su agencia permite a las personas solicitar asilo desde dentro del territorio mexicano.
Aún así, los expertos en inmigración advierten contra el uso de aplicaciones en el proceso de asilo.
«No deberías tener que concertar una cita cuando tu vida corre peligro», dice Kica Matos, presidenta del National Immigration Law Center, que ha sido testigo de primera mano del uso de la aplicación CBP One.
«La aplicación CBP One es un fracaso logístico y humanitario que no debe ser replicado por México o cualquier otro país», dijo Matos.
Matos dijo que conoció a una cantidad innumerable de migrantes que huían del peligro en sus países de origen y que esperaban en México en condiciones peligrosas, y muchos de ellos experimentaron fallos, problemas de reconocimiento facial para los de piel más oscura y problemas de acceso al idioma.
Mientras tanto, el número de migrantes que viven en el limbo mientras esperan en Ciudad de México sus solicitudes de asilo se ha vuelto peligrosamente insostenible, afirman los grupos de ayuda.
José Antonio Silva, coordinador de proyectos de migración de Médicos sin Fronteras en Ciudad de México, afirma que a su organización le preocupan las condiciones sanitarias y de vida de quienes se encuentran actualmente en albergues superpoblados o viven en la calle.
«Los albergues, la mayoría con recursos propios, enfrentan no sólo problemas de hacinamiento, sino también el reto de poder cubrir las diferentes necesidades básicas de las personas: salud, alimentación, agua, higiene, saneamiento e información», dijo Silva.
Silva dijo que los migrantes que se alojan en los refugios saturados son predominantemente haitianos y venezolanos, así como mexicanos y centroamericanos, con algunos afganos y angoleños también.
Sus observaciones coinciden con los datos de la COMAR, que muestran que durante los cuatro primeros meses del año, las cinco nacionalidades principales que solicitaron asilo en México fueron la haitiana, la hondureña, la cubana, la venezolana y la salvadoreña. La angoleña fue la única nacionalidad de fuera del hemisferio occidental entre las 10 primeras, según los datos de la COMAR.
Los migrantes son especialmente vulnerables a la extorsión, el robo, las agresiones físicas y verbales, los abusos sexuales y la discriminación, y a Silva le preocupa que dormir en la calle pueda aumentar sus posibilidades de volver a ser victimizados.
Del 1 de enero al 18 de mayo de 2023, más de 56.000 personas han solicitado asilo en México, según Ramírez. A este ritmo, Ramírez dijo que su agencia espera recibir alrededor de 140.000 solicitudes para finales de año, una cifra récord.
«Buscar asilo es un derecho legal que no debería depender de tener un teléfono inteligente o usar una aplicación», dijo Matos. «En su lugar, nuestros países deberían trabajar juntos para crear sistemas justos y humanos que respondan a las realidades de nuestro mundo en el siglo XXI».