México frente a un desafío electoral

México frente a un desafío electoral

Modificaciones al INE, un año de guerra en Ucrania y más para el fin de semana.

Crecí en un país donde, durante siete décadas, un solo partido ganaba las elecciones. Y llegué a la mayoría de edad a tiempo para participar en los primeros comicios en los que un candidato de la oposición consiguió la banda presidencial, en el año 2000.

Ha sido un proceso largo e imperfecto. El trayecto para que México se deshiciera del régimen unipartidista y celebrara votaciones libres y transparentes ha sido costoso para muchos actores, entre ellos la autoridad electoral.

Esta semana, el Senado mexicano aprobó una amplia modificación del Instituto Nacional Electoral (INE). La propuesta, a un año de las elecciones presidenciales de 2024, ha sido muy divisiva.

También forma parte parte de una tendencia hemisférica que pone en la mira a los organismos de vigilancia electoral. Brasil vivió ese desafío en 2022, cuando el entonces presidente Jair Bolsonaro cuestionó repetidamente el sistema de votación, siguiendo las tácticas promovidas en EE. UU. por el expresidente Trump.

Natalie Kitroeff, jefa de la corresponsalía en México, ha reportado sobre este debate. Conversé con ella para que nos contara cómo luce el panorama electoral ahora en el país.

Elda: ¿Qué cambios son los que se aprobaron y qué significan?

Natalie: En términos generales, los cambios aprobados esta semana van a recortar el personal del órgano electoral, reducir su autonomía y limitar su capacidad de sancionar a los políticos que quebranten las leyes electorales. Sin embargo, lo que la gente más enfatizó fue el efecto que las medidas podrían tener en la capacidad del INE para supervisar el voto.

Los funcionarios electorales comentaron que probablemente se verán forzados a eliminar miles de empleos, entre ellos la gran mayoría de los trabajadores que organizan las elecciones locales e instalan casillas en todo el país. “Por primera vez, está en riesgo la posibilidad de que haya mesas de votación”, me dijo Lorenzo Córdova, el consejero presidente del INE.

Uuc-Kib Espadas, otro de los consejeros, comentó que los cambios podrían ocasionar “que no se instale un número significativo de casillas privando de su derecho al voto a miles o cientos de miles de personas”.

Córdova también me dijo que más allá de la organización de comicios, el INE también funciona como un “órgano de control del poder”, algo importante “en un país presidencialista” como México.

E: El presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo triunfo en 2018 fue validado por el INE, ha dicho que en México se gasta mucho en elecciones. ¿Cómo justifica su propuesta?

N: Se lo pregunté al vocero del presidente, Jesús Ramírez Cuevas. Él me aseguró que “no hay ningún propósito político de entrar a controlar el INE, sino de abaratar el funcionamiento”.

Explicó que el gobierno tiene la política de no endeudarse pero también de “cero aumento de impuestos” por lo que son necesarios, dijo, cambios administrativos para financiar los programas sociales.

También dijo que el INE “fue capturado por los partidos, en la medida en que se volvió un reparto entre los partidos”. Ramírez Cuevas calificó las inquietudes sobre la pérdida de capacidad organizativa del INE como “una exageración” y dijo que “no va haber despido masivo”.

E: ¿Qué sigue ahora?

N: Para este domingo se han convocado protestas contra las nuevas medidas en decenas de ciudades de todo el país y en la capital.

Y se espera que la Suprema Corte de Justicia evalúe una impugnación a las medidas un poco más adelante. Ya veremos cómo se resuelve, pero de cualquier forma será una etapa significativa —una prueba— para las instituciones mexicanas.

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