México tiene una vocación migrante, primero porque somos vecinos naturales del país más rico del mundo, por lo tanto, con el atractivo laboral que tiene los Estados Unidos. Pero además, somos el paso obligado para quiénes, quieren acercarse a los Estados Unidos. Antes eran solo de Centroamérica, ahora pasan personas de muchos países, nos dicen que más de 140 nacionalidades cruzan por el territorio mexicano, lo cual para nosotros se convierte en una tarea muy especial.Queremos hacerlo según el sentimiento y las orientaciones del Papa Francisco. México quiere ser un lugar de encuentro con las personas, de respeto a su dignidad y de apoyarles en ese sueño que tienen de llegar a los Estados Unidos. Ahora, desde luego, ofertándoles de parte nuestra, la posibilidad de quedarse a vivir en nuestro territorio, que desde luego no ofrece las mejores oportunidades para los migrantes, pero creemos que México es una posibilidad, en medio de todas las problemáticas que nuestro país encierra, pero puede ser una oportunidad, al menos para que sea como un escalón previo, para llegar a los Estados Unidos.
Se ha hablado de cerrar muros, abrir muros. ¿A qué punto estamos con la apertura o no apertura hacia los migrantes, hacia las caravanas de migrantes?
La migración depende del estado de ánimo de los Estados Unidos. Hemos tenido las medidas muy duras con el presidente Trump, ahora con el presidente Biden, a veces pareciera que hay un rayo de esperanza, pero luego ese rayo de esperanza desaparece. Hoy somos un país, considerado el tercero en seguridad, por lo tanto, quien quiere obtener el permiso de ir a los Estados Unidos tiene que pasar por México y esperar ahí su procedimiento, especialmente a los que piden el refugio. Pero creemos que México tiene que cumplir con esta gravísima responsabilidad. Ahora se abren algunas oportunidades legales para los que quieran trabajar temporalmente a los Estados Unidos, especialmente para los mexicanos, y que pronto parece se ofertará también a los de Centroamérica.
Tenemos que seguir tocando puertas, las autoridades son las responsables de hacer estas negociaciones, México necesita empleo, el mundo necesita empleo, Estados Unidos todavía sigue teniendo las posibilidades de emplear a muchísima gente y ahí estamos en esta incertidumbre, pero siempre nosotros tratando de servir lo mejor que podemos a los migrantes.
Entre las realidades que están abordando con los diferentes Dicasterios en preparación para la visita Ad limina, ustedes afirmaron en un comunicado que hablarán sobre la realidad de México, porque el país se ve necesitado de reconciliación, unidad, verdad, justicia y paz ¿en concreto?
El problema central es la violencia con distintos rostros de violencia. Nuestra iglesia en México está decidida a trabajar por la reconciliación, estamos iniciando un proceso con los padres Jesuitas, a la organización de religiosos de México, para hacer una propuesta de diálogo nacional. Primero un conversatorio en todas las parroquias, en todas las comunidades religiosas, pero también foros de diálogo entre especialistas. Todos queremos la paz en México, pero también tenemos que descubrir la parte que nos toca a los ciudadanos, sabiendo que la autoridad por más esfuerzos que haga no podrá nunca conseguir la paz en nuestro país
¿El proyecto global de pastoral, en qué consiste?
Fue una respuesta del episcopado al encargo que el Papa Francisco nos hizo en el año 2016, que tuviéramos un proyecto que pudiera unificar las intenciones de todas las iglesias locales en vista de dos acontecimientos cercanos, primero los 500 años del acontecimiento Guadalupano y el 2033, segundo milenio de la Redención. En esa ruta temporal estamos tratando de responder a la evangelización que México necesita en este momento, siguiendo desde luego el magisterio del Papa Francisco, a quién agradezco su acompañamiento durante estos 10 años.
Estamos celebrando sus 10 años de pontificado que para nosotros siempre ha sido una bendición. He sido Obispo durante el periodo del Papa San Juan Pablo II, con el Papa Benedicto y ahora con el Papa Francisco. Igualmente agradecido con Dios de las luces que nos ha dado cada uno, pero estos diez años, en el que la situación empeora socialmente para el mundo y para México, nos sentimos muy acompañados por el Papa Francisco y nos unimos al agradecimiento de la Iglesia Universal, a su magisterio y sobre todo a su pastoreo.
¿Quisiera darle un último mensaje a su país?
Quiero decirle a mis compatriotas, hombres y mujeres, que México siempre tendrá Esperanza, que a pesar de los nubarrones que ahorita nos acechan, es posible desde Cristo y desde Santa María de Guadalupe vislumbrar un futuro mejor para México