El choque entre dos trenes del metro de la capital mexicana que dejó un muerto y un centenar de heridos a inicios de mes fue consecuencia de la “quema y corte doloso” de cables y la negligencia de uno de los conductores, dijo el viernes la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
El dictamen confirma la versión inicial que ofrecieron las autoridades sobre un posible sabotaje en el sistema de transporte, lo que motivó el envío de 6.000 guardias nacionales para custodiar las estaciones.
El portavoz de la fiscalía, Ulises Lara, se abstuvo de conjeturar sobre algún responsable o responsables de una reciente sucesión de incidentes en el metro pero señaló que seguirán las investigaciones a fin de encontrarlos.
Tras las investigaciones que se extendieron por tres semanas, Lara informó que el choque entre dos trenes de la Línea 3 del metro, que se registró la mañana del 7 de enero, fue consecuencia de la “quema y corte doloso de los cables ubicados en dos registros de conexión que contienen cableado eléctrico, de comunicaciones, señalización y pilotaje automático”, en la estación Potrero.
Las evaluaciones determinaron que hubo “uso de fuego y herramientas” para dañar la conexión de cableado eléctrico y que el acto doloso afectó “gravemente el suministro de energía, comunicaciones, señalización y pilotajes automáticos, que pusieron en riesgo la operación de la Línea 3 del Metro”, dijo la fiscalía en un comunicado leído por el funcionario. Agregó que esas acciones “puede derivar en el delito de sabotaje”.
Según la fiscalía, continuarán las pesquisas para encontrar a los responsables, “sean internos o externos” al metro a fin de evitar la impunidad.
Asimismo, anunció que se inició un proceso judicial y se detuvo al conductor de uno de los trenes implicado en el accidente, al que identificó como Carlos Alfredo “N”, por la posible comisión de los delitos de homicidio y lesiones.
Según las autoridades el conductor del tren 24 no cumplió los lineamientos de circular de manera manual y no rebasar los 35 kilómetros por hora, luego de que el 6 de enero se reportaron fallas en la señalización en el tramo donde se quemó el cableado.
La fiscalía afirmó que el conductor se “excedió” en el límite de velocidad, “cambió a conducción en pilotaje automático”, no comunicó al puesto de control los cambios en la conducción, y “no realizó ninguna maniobra para detener el tren y evitar el hecho”.
Fernando Espino, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Metro, aseguró que el conductor es inocente, y dijo a la emisora local Radio Fórmula que se debe realizar un análisis técnico para conocer las causas del hecho.
“La falla se presentó un día antes, viernes, se atendió la falla el mismo día por la noche y al día siguiente que se dio el impacto alguien tuvo que autorizar que circulara el tren. Alguien de la estación tuvo que autorizar que circuláramos en esas estaciones”, señaló Espino.
En cuanto al evento ocurrido en el sistema del metro el 15 de enero, cuando hubo desacoplamiento de dos vagones, la Fiscalía señaló que las investigaciones determinaron que en la posición y limpieza de uno de los tornillos del enganche del carro “se realizaron maniobras con la intención de provocar un incidente grave”, por lo que se inició una investigación para establecer los posibles responsables.
Pocos días después del evento del 7 de enero, la alcaldesa oficialista de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que algunos de los incidentes ocurridos en últimas fechas en el metro eran “hechos atípicos” y anunció que la seguridad del concurrido sistema de transporte se reforzaría con unos 6.000 guardias nacionales para evitar nuevos hechos.
La movilización de efectivos de la Guardia Nacional fue cuestionada por diversas organizaciones humanitarias, colectivos feministas y opositores que consideran la medida un paso más en la militarización del país.
Simpatizantes de Sheimbaum aseguran que los incidentes del metro se inscriben en una campaña de los opositores políticos para perjudicar las posibilidades presidenciales de la funcionaria en 2024. Los dectractores de Sheimbaum afirman que los incidentes se deben a la falta de mantenimiento.