Shelly Shetty, directora de soberano de la agencia, dijo que el nuevo gobierno enfrentará un panorama de menor actividad económica, de menores ingresos públicos y probablemente menos ingresos por crudo.
La calificación de México en Fitch podría ser más alta sin la presión a las finanzas públicas que representa el apoyo a Petróleos Mexicanos (Pemex), advirtió la directora de soberanos de América Latina en la agencia, Shelly Shetty.
Si el riesgo de Pemex no estuviera ahí, sin la contención financiera del gobierno mexicano sobre las obligaciones de la petrolera, México tendría una calificación mucho más alta, subrayó.
Entrevistada por El Economista tras participar en el “Credit Outlook México 2023” de Fitch, explicó que el nivel donde se encuentra la calificación soberana de México, un escalón arriba del grado de inversión en “BBB-” con perspectiva Estable incorpora la vulnerabilidad que representa Pemex.
Consideró que es temprano para saber que hará la próxima administración con Pemex, pero reconoció que el nuevo gobierno enfrentará un panorama de menor actividad económica, de menores ingresos públicos y probablemente un contexto de menos ingresos por petróleo.
De modo que en ese momento, 2024 o 2025, el foco de atención para la calificadora estará en ver cómo enfrentarán estos retos y como responderán a ese escenario para Pemex; a qué le dan prioridad y dependiendo de su reacción, se incorporará en la nota soberana.
Para este año, resaltó que las perspectivas para México están equilibradas. A la baja está la incertidumbre mundial por la situación geopolítica, lo que puede motivar una mayor desaceleración de Estados Unidos y por la cercanía con México también le impactaría.
Pero este escenario podría ser compensado por la oportunidad que tiene México para atraer inversiones productivas que están saliendo de China para reducir la distancia entre los proveedores de las cadenas productivas y su mercado final, que es Estados Unidos, es decir el nearshoring.
Banxico, fortaleza crediticia
La analista consideró que México tiene un perfil externo que apoya su perspectiva Estable, esto porque tiene un moderado desequilibrio externo (déficit de cuenta corriente moderado), reservas internacionales suficientes para financiar ese déficit y acceso a liquidez en dólares a través de la Línea de Crédito Flexible abierta en el Fondo Monetario Internacional (FMI). El déficit fiscal es moderado, recordó; la deuda del gobierno está debajo de la media de los países calificados en “BBB”, y eso le otorga cierto espacio fiscal.
La sensibilidad negativa para la calificación vendría si el perfil financiero se deteriora a partir de intervenciones en la política macroeconómica, que se pierda credibilidad en las autoridades financieras o que el Banco de México perdiera su autonomía.
Inflación, desaceleración y tasas altas, retos
Analistas de la calificadora identificaron en el seminario tres retos que enfrenta el mercado mexicano de emisores de deuda este año: la desaceleración económica, la inflación y tasas altas.
El impacto de cada reto será diferente en las finanzas públicas, bancos, instituciones financieras no bancarias, infraestructura y corporativos, dependiendo de su exposición y condiciones previas para recibir el impacto, matizó Andrés Moreno, senior director de Corporate Finance en la agencia.
Ahí mismo, el director senior de finanzas públicas en la firma, Gerardo Carrillo destacó que los estados y municipios que tienen una fuerte participación de remesas o turismo se verán impactados por la profundidad y duración de la recesión de Estados Unidos.
Advirtió que el grado de afectación de la actividad económica de Estados Unidos se traducirá en menor recaudación federal participable, en la medida que se refleje también en el desempeño económico de México y su capacidad de generar ingresos.
Matizó, sin embargo, que la recaudación local está protegida por el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIF) que opera al registrarse una menor recaudación de impuestos tributarios y del petróleo.
El riesgo se encuentra en observación pues aún hay que esperar el tamaño y duración de la recesión de Estados Unidos.
Riesgo de bancos e instituciones no bancarias
En el mismo evento participaron Alejandro Tapia, senior director de bancos, y Marcela Galicia, senior director de instituciones Financieras no Bancarias. Tapia dijo que la perspectiva de calificación para el sector de bancos e instituciones financieras es neutral para este año, pero sí reconoció un riesgo de la desaceleración económica en la composición de las carteras.
Matizó que gracias al buen desempeño de los bancos en el 2022, cuentan con flexibilidad para absorber los riesgos que representan la desaceleración e inflación.
El buen desempeño al que se refiere de los bancos, resulta de las altas tasas de interés y la recuperación de la cartera crediticia del consumo que abrió oportunidades de crecimiento.
El escenario no es igual para las instituciones financieras no bancarias, matizó aparte Marcela Galicia senior director en la firma. Varias de las instituciones del sector se fondean en el mercado y las altas tasas junto con la expectativa de mayores incrementos, son un factor de riesgo para ellas.
Tasas e infraestructura
Astra Castillo, senior director de global infrastructure en Fitch explicó que la inflación alta seguirá alentando el alza de tasas en Estados Unidos y México, lo que podría presionar a los emisores del sector, matizó.
Al participar en el Credit Outlook 2023, sostuvo que las carreteras públicas no suelen transferir presiones en las tarifas en periodos de inflación, por algún tipo de acuerdo para no meter más presión a la trayectoria de precios generales.
De manera que la persistencia de la inflación en este año será determinante para ver cómo reaccionarán en esta ocasión, pues hace más de dos décadas que no experimentábamos en el país un periodo de escalada consistente de precios.